En el quirófano, los anestesiólogos monitorean cuidadosamente los parámetros del ventilador, ya que cada respiración impacta directamente en la seguridad pulmonar. Si bien la ventilación mecánica durante la anestesia puede parecer rutinaria, presenta numerosos desafíos y riesgos. Seleccionar el modo de ventilación adecuado, determinar la configuración óptima del ventilador y prevenir la lesión pulmonar inducida por el ventilador (VILI) son factores críticos que influyen en los resultados y la supervivencia del paciente.
Principios esenciales de la ventilación mecánica durante la anestesia
Para los pacientes adultos sometidos a anestesia general con intubación endotraqueal o dispositivos supraglóticos de las vías respiratorias, la ventilación mecánica sirve como el principal medio de soporte respiratorio. Este artículo examina la selección del modo de ventilación, la configuración de los parámetros del ventilador y las estrategias de protección pulmonar para mejorar la toma de decisiones clínicas y la seguridad del paciente.
Selección del modo de ventilación: control de presión vs. control de volumen
La práctica clínica moderna utiliza principalmente dos modos de ventilación, cada uno con distintas ventajas y aplicaciones:
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Ventilación con control de presión (PCV):
Este modo proporciona respiraciones a una presión inspiratoria preestablecida, lo que ofrece la ventaja de limitar la presión de las vías respiratorias y reducir el riesgo de barotrauma, particularmente para pacientes con cumplimiento pulmonar reducido. Sin embargo, el volumen corriente depende del cumplimiento pulmonar y la resistencia de las vías respiratorias, lo que requiere una monitorización estrecha para garantizar una ventilación adecuada.
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Ventilación con control de volumen (VCV):
Este modo proporciona un volumen corriente preestablecido con flujo constante, lo que garantiza una ventilación constante. Si bien proporciona volúmenes corrientes estables, VCV puede generar presiones más altas en las vías respiratorias, lo que podría aumentar el riesgo de lesión pulmonar. La monitorización continua de la presión de las vías respiratorias se vuelve esencial cuando se utiliza este modo.
Los médicos deben considerar los factores individuales del paciente, incluidos los antecedentes pulmonares, el procedimiento quirúrgico y la profundidad anestésica al seleccionar los modos de ventilación. Los enfoques híbridos como el control de volumen regulado por presión (PRVC) pueden ofrecer un manejo equilibrado de la presión y el volumen en ciertos casos.
Configuración de los parámetros del ventilador: la importancia de la individualización
Los ajustes precisos del ventilador impactan significativamente en la función respiratoria y la protección pulmonar:
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Volumen corriente (Vt):
Las recomendaciones tradicionales de 10-12 ml/kg han sido reemplazadas por evidencia que respalda volúmenes más pequeños (6-8 ml/kg) para reducir el riesgo de VILI. Para pacientes con SDRA o aquellos en riesgo, incluso volúmenes más bajos (4-6 ml/kg) pueden ser apropiados.
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Frecuencia respiratoria (RR):
Normalmente establecida en 12-16 respiraciones/minuto, la RR debe ajustarse para mantener los niveles normales de PaCO2 (35-45 mmHg) en función de las demandas metabólicas.
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Relación inspiración-espiración (I:E):
Las relaciones estándar de 1:2 o 1:3 aseguran un tiempo de espiración adecuado. Los pacientes con limitación del flujo de aire (por ejemplo, EPOC) requieren una espiración más prolongada para minimizar el PEEP intrínseco.
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Presión positiva al final de la espiración (PEEP):
Generalmente mantenida en 5-10 cmH2O, la PEEP previene el colapso alveolar, pero requiere una titulación cuidadosa para evitar la sobredistensión, optimizando al mismo tiempo la oxigenación.
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Presión inspiratoria máxima (PIP):
Debe permanecer por debajo de 30 cmH2O para prevenir el barotrauma. Una PIP excesiva puede requerir ajustes en el volumen corriente o el flujo inspiratorio.
Estrategias de ventilación protectora pulmonar
Para minimizar el riesgo de VILI, los médicos deben implementar:
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Ventilación con bajo volumen corriente (6-8 ml/kg)
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Limitación de la presión de las vías respiratorias (PIP <30 cmH2O)
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Titulación adecuada de PEEP
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Hipercapnia permisiva cuando sea necesario
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Evitar la ventilación excesiva
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Maniobras periódicas de reclutamiento pulmonar
Consideraciones especiales para poblaciones específicas
Ciertos grupos de pacientes requieren enfoques de ventilación modificados:
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Pacientes obesos:
La reducción del cumplimiento pulmonar requiere volúmenes corrientes más pequeños (6 ml/kg), PEEP más alto (8-12 cmH2O) y frecuencias respiratorias aumentadas.
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Pacientes con EPOC:
La limitación del flujo de aire requiere volúmenes corrientes reducidos (6-8 ml/kg), frecuencias respiratorias más bajas y tiempos de espiración prolongados.
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Pacientes sometidos a cirugía laparoscópica:
El aumento de la presión intraabdominal exige volúmenes corrientes más altos (8-10 ml/kg) y PEEP (5-8 cmH2O) para mantener una ventilación adecuada.
Riesgos y complicaciones
Si bien es esencial para el soporte respiratorio, la ventilación mecánica conlleva posibles complicaciones, incluida la VILI (barotrauma, volutrauma, atelectrauma), la neumonía asociada al ventilador (NAV), el neumotórax y la inestabilidad hemodinámica. La monitorización continua de los parámetros respiratorios, circulatorios y de oxigenación sigue siendo fundamental para la detección temprana de complicaciones.
Conclusión: Precisión en el manejo del ventilador
La ventilación mecánica relacionada con la anestesia requiere un manejo meticuloso e individualizado. A través de una comprensión integral de los modos de ventilación, una cuidadosa selección de parámetros y la implementación de estrategias de protección pulmonar, los médicos pueden optimizar la seguridad del paciente y los resultados de la recuperación posoperatoria.